¿Sabías que...?
¿Sabías que...?
Hoy en día vivimos en un mundo globalizado donde continuamente nos saturan de información, ya sea en prensa, televisión o internet. Muchas veces escuchamos consejos de amigos, familiares o vemos en la red noticias acerca de qué es lo mejor para nuestra salud dental.
Presentamos, a continuación, algunas verdades y mitos acerca del cuidado de los dientes.
La salud oral no es algo independiente de la salud general. De hecho, algunos estudios indican que una salud oral deficiente puede estar vinculada a otras complicaciones de la salud como derrames cerebrales, enfermedades cardíacas y diabetes.
Uno de los grandes problemas que nos encontramos en la consulta dental es que el paciente usa sólo el cepillo y cree que su técnica es buena. Se debe instruir al paciente, por parte del profesional, en una técnica depurada para que el cepillado sea lo más correcto posible. Además el hilo o seda dental se debe utilizar para llegar a aquellos sitios donde el cepillo no alcanza, normalmente entre los dientes.
Cepillarse, al igual que usar el hilo dental y el enjuague bucal, tienen la misma importancia en el logro de una rutina efectiva para el cuidado de la salud oral.
El sangrado de las encías es provocado con frecuencia por una enfermedad de las encías, como la gingivitis. Si no se trata a tiempo, la gingivitis puede provocar una forma más seria de enfermedad de las encías conocida como periodontitis.
Aunque el cepillado adecuado, conjuntamente con el uso del hilo dental y el enjuague bucal puede evitar las caries, es necesaria la atención dental profesional para darle tratamiento a este trastorno.
Además de un cepillado adecuado, el uso regular del hilo dental, el enjuague bucal y las limpiezas profesionales son rutinas importantes para prevenir y revertir la gingivitis.
Hay una amplia variedad de fórmulas de enjuagues bucales que no sólo refrescan el aliento, sino también fortalecen el esmalte y ayudan a combatir la placa, la gingivitis y los gérmenes que provocan la halitosis o mal aliento.
No siempre es así. A la hora de usar una pasta dental nos debemos fijar, por ejemplo, en la cantidad de flúor (algunas carecen de este componente) y que no sean abrasivas. Esto suele ocurrir, en ocasiones, en las llamadas pastas blanqueantes.
El uso prolongado y continuo de este tipo de pastas puede hacer que tu esmalte se vaya desgastando. Por esto y en caso de utilizarlo, es bueno que se combine con otras que favorezcan su remineralización.
Tanto el azúcar como el grado de acidez de estas bebidas pueden dañar el esmalte que los cubre.
Afortunadamente disponemos de técnicas para que esto no suponga un problema. Es cierto que no todos los casos son iguales pero conseguimos resultados óptimos.